Para aprender la vida |
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Opiniones sobre el Karate-do y el Karate Deportivo |
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El
maestro Takashi Kyooka nació en 1951, y tiene 41 años (noten que
este artículo ya tiene algunos años desde que salió impreso).
El comenzó el entrenamiento de Karate a los 18 años a su entrada
en la Universidad de Chuo, en Tokio. Se apasionó enseguida de la Escuela
Shotokai, dedicándose a ella completamente y obtiene bastante rápidamente
el 5to dan, el más alto grado en Karate Shotokai. El fue secretario de
la Nihon KARATE-DO -SHOTOKAI en Japón y trabajó constantemente en
estrecha colaboración con Egami
Sensei, (cofundador de Shotokai junto con Genshin Hironishi y el Maestro Gichin
Funakoshi) y antiguo alumno del Maestro
Funakoshi. El nos expone aquí su concepción del Karate: |
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El Karate-do, así como todas las Artes Marciales, es un medio de aprender la vida. El Karate es la vida misma, me explico: ¿Por qué los entrenamientos deben ser bastante duros? Para "romper" vuestro cuerpo, para fatigar todo lo que en él hay de muscular. Una vez llegado a este punto, hay que continuar, y es entonces cuando comienza verdaderamente el Karate, porque sólo vuestro espíritu (es decir, vuestra voluntad) puede llegar al momento donde debéis continuar. Vuestra voluntad puede, ella sola, hacer cien veces más de lo que vosotros podríais hacer teniendo en cuenta simplemente la fatiga de vuestros músculos. Un ejemplo aclaratorio puede ser éste: ¿Cuánto tiempo creéis poder estar colgados por las manos en una barra fija a veinte centímetros del suelo? Quince minutos, una media hora, puede ser. ¿Pero si, en lugar de veinte centímetros, son quinientos metros de vacío lo que vosotros tenéis sobre vuestros pies y que vuestra vida está en juego? Ciertamente mucho más porque ya no es el mismo brazo, ni el mismo músculo. El KEIKO (entrenamiento), debe ser por consiguiente, la escuela de la voluntad. Es también la escuela de la armonía y de la comprensión de las otras. Cómo obtener este resultado? Mediante la concentración y el trabajo con anticipación, de ahí la importancia del movimiento "ilimitado". Este movimiento se entrena con dos: un atacante y un atacado. El atacado se concentra fuertemente sobre su adversario y anticipa el ataque, es decir, que cuando el atacado presiente el ataque, él esquiva y contraataca. El conseguir este resultado necesita una fuerte concentración; todas las facultades del cerebro deben estar concentradas sobre el adversario, el cuerpo completamente descontraído. Sólo el espíritu está en "hiper-alerta ilimitada", esto es el combate, porque en el curso de un combate real, un factor que no hay que olvidar para vencer es el de estar en armonía con su adversario. Yo pienso que durante el KEIKO, aprendéis las relaciones humanas, aprendéis a vivir al lado de otros, para estar en armonía con la naturaleza. Para llegar "allí" trabajad siempre más bajo, saltad siempre más largo. |
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El Karate llega a ser entonces puramente un deporte. Yo hubiera preferido que se le hubiera dado algún otro nombre, pues incluso las técnicas de base están cambiadas (en los numerosos clubes americanos los katas no son más que símbolos). Convenced os, por consiguiente, que el Karate-do es un estado de espíritu, una manera de vivir, una filosofía. Para descubrir esta idea, el estrecho túnel está socavado por los años de práctica. Aquí, en Japón, vamos incluso más lejos. Una vez alcanzado el grado 5to dan, el cual se obtiene más rápidamente que en Europa, pues nosotros prácticamente entrenamos aquí, en la Universidad de Chuo, tres horas todos los días. El maestro Egami era nuestro digno juez; nos enseñaba el KEIKO espiritual. Esto para ustedes será difícil de comprender. En un primer tiempo, trabajabamos la concentración. Durante tres meses regularmente todos los días permanecíamos una hora con un bokto (sable pesado de madera), en guardia sin moverse y sin cerrar los ojos, después, al cabo de una hora, nosotros efectuábamos un solo movimiento, en el cual liberábamos toda la energía que habíamos almacenado durante la hora precedente. En una segunda etapa, siempre con la misma regularidad nosotros recorríamos cuatro kilómetros por término medio, en veinte minutos y esto sin transpirar, les dije que no iban a comprender. Recorrer dos kilómetros en usakotobi-geri (salto de conejo) forma parte también del KEIKO "espiritual". ¿Por qué todo ésto? Pues bien, una vez más, para endurecerse, romper su cuerpo, mejorar su voluntad, estar en armonía con el universo y también para conocer la respiración. No olvidéis que todas las Artes Marciales tienen el mismo fin: aprender a respirar, porque es la respiración la que nos permite vivir y esto lleva a cabo el practicar el Karate-do. |
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Entrevista al Maestro Kyooka. Realizada en Tokio por el Sr. Henry Kan, traducido de la revista "Karate", año 1992. |
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